El objetivo fundamental de Medea, que cuenta con casi seis millones de euros, es que aquellos profesionales que prescriben, generalmente los médicos, en su estación clínica de su sistema de información, puedan disponer de los datos de genética y clínicos de cada paciente y, eso, “pueda orientarles para hacer la prescripción de un determinado medicamento y evitar que produzcan reacciones adversas o que, estando tomando más fármacos, interaccione con esos otros”. En definitiva, Medea va a permitir a un médico tener información suficiente para que cuando vaya a recetar un medicamento sea lo más efectivo posible y lo más seguro posible, medicina de precisión, personalizada.
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