La población española pelirroja es del 2%, una característica que es consecuencia de que el gen MC1R no funcione. Esto implica que no produzcan eumelanina, la melanina que da el color marrón al pelo, y solo generen feomelanina, que es la que aporta la tonalidad anaranjada. Ser pelirrojo se trata de una variante genética recesiva. Es decir, “para poder serlo los dos alelos del gen MC1R que recibimos de nuestros progenitores deben ser disfuncionales. Si solo uno no funciona seremos rubios o morenos, de ahí que dos padres de pelo castaño puedan tener hijos pelirrojos”, explica Juan José Tellería, miembro de la junta de la Asociación Española de Genética Humana (AEGH) y del Laboratorio de Genética del Instituto de Biología y Genética Molecular (UVA/CSIC) de Valladolid.
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